Todas las noches Tutú Rosa soñaba con dar vueltas y vueltas sin parar, pero después despertaba y se ponía muy triste. Un famoso diseñador lo había creado y desde entonces vivía en la percha del expositor de una juguetería rusa, compartiendo espacio con un tambor de hojalata, dos patines para el hielo y un parque de atracciones en miniatura.
Cuando las niñas veían el tutú desde el escaparate, entraban corriendo a la tienda para contemplarlo de cerca. Todas querían llevárselo puesto, pero cuando sus madres preguntaban por el precio al dependiente y éste se lo decía, su repuesta siempre era la misma:
- Demasiado caro, cariño. No nos lo podemos permitir.
Tutú rosa entonces se entristecía porque veía cómo su sueño se alejaba más y más. [...]
Tutú rosa, Blanca I. López Tejada