sábado, 26 de abril de 2014

Cesta de picnic





Era una tarde en parte soleada y en parte gris de primavera. El buen tiempo quería llegar a la pradera del Viejo Olmo, pero se peleaba a regañadientes por alcanzar su triunfo. Las familias se agrupaban en pequeños y grandes conjuntos junto a los árboles en flor para dar la bienvenida a la nueva estación. Solo algunos rezagados se mantenían escépticos al otro lado del río. No creían en el cambio de estación y eso les provocaba más de un quebradero de cabeza que intentaban solucionar practicando juegos de azar.
Yo les podía observar porque me escondía, muy atenta, entre la yedra que se agolpa junto a la fuente.

                                     Cesta de picnic, Blanca I. López Tejada